Acto de ser: principio intrínseco del ente por el que posee ser. El ser es acto de los demás actos del ente, es decir, de sus formas accidentales y de su forma sustancial; por tanto, se relaciona solo con los otros actos del ente.
Causa primera: causa universal del ser, a la que denominamos Dios.
Causa segunda: causa del cambio, que siempre requiere un ser previo para alcanzar sus efectos. Las criaturas solo pueden ser causas segundas.
Creación: en su sentido más radical, significa “la acción mediante la cual Dios otorga el ser a las cosas de la nada”, esto es, sin partir de algo dado de antemano.
Dios: causa primera y creadora de todo lo que existe. Aquino emplea las cinco vías para probar racionalmente la existencia de Dios y elabora otros razonamientos para reflexionar sobre su esencia.
Ente: aquello que es y es real. Esta palabra procede del latín ens, participio activo del verbo esse, que significa literalmente “lo que ejerce la acción de ser”. De modo semejante a como el término estudiante significa “el que ejerce la acción de estudiar”.
Esencia: principio intrínseco del ente, por el que este adquiere una determinada naturaleza o modo de ser. Para que haya esencia, tiene que existir un acto formal, o forma sustancial, que a su vez es potencia en relación con el acto de ser.
Existencia: este vocablo se emplea habitualmente para referirse al ser, o acto de ser. En realidad, el término latino que Tomás de Aquino emplea es esse, que significa “ser”, que es algo mucho más radical que el mero hecho de existir o “estar ahí”.
Fe: tipo de conocimiento por el que se asiente a las verdades que Dios ha revelado. Estas verdades pueden ser sobrenaturales o naturales; para referirse a estas últimas, Aquino emplea la expresión preámbulos de la fe, ya que predisponen a la aceptación de las verdades sobrenaturales, objeto exclusivo de la fe.
Inmortalidad: ausencia de muerte o de corrupción. Tomás de Aquino sostiene que el alma humana es inmortal, porque, además de ser forma sustancial del compuesto humano, es sustancia que goza de un ser propio y subsistente.
Ley eterna: gobierno de la razón divina sobre el universo, que ordena los movimientos de todas las criaturas hacia sus fines propios.
Ley natural: ley eterna referida al ser humano, que participa de ella libremente mediante su razón práctica y que, por ser libre, es una ley moral. Se llama natural porque se asienta en la naturaleza o esencia racional del hombre, creada por Dios.
Ley positiva: ley promulgada por la autoridad humana o por Dios, que interviene en la historia. La ley positiva humana debe buscar el bien común y estar asentada en la ley natural.
Libertad: capacidad de juzgar y decidir sobre los propios actos, gracias al ejercicio de la inteligencia y de la voluntad. Es exclusiva del ser humano.
Precepto: mandato o instrucción que se ha de poner en práctica; las leyes se expresan mediante preceptos que se tienen que cumplir.
Principio de causalidad: uno de los primeros principios, que establece que lo que se hace de nuevo procede y depende necesariamente de una cusa.
Razón: tipo de conocimiento al que se accede por medio de la facultad intelectiva. Tiene por objeto las verdades naturales.
Verdad: adecuación de la cosa y el intelecto. Hay una verdad lógica, que es esa correspondencia entre pensamiento y realidad, y otra verdad, llamada ontológica, que es el mismo ser de las cosas, fundamento de la anterior.
(AA.VV. 2Historia de la Filosofía. Editorial Casals. Barcelona 2016)