La metodología de Manuel Castells está basada en el empirismo y el rigor.
Para el sociólogo español, cualquier estudio y análisis tiene que partir de dato y de observación. Hay todo un trabajo de construcción intelectual, de observación, de metodología de análisis y de reconstrucción intelectual, con un discurso que tena sentido y no sea solo un discurso, sino una exposición que dé sentido a una realidad observada. Porque, en opinión de Castells, es fácil hacer discursos brillantes, el problema es que tengan relación con la realidad que se quiere analizar y estudiar.
La observación empírica que él lleva a cabo en los estudios que realiza, crea una especie de encuadramiento que permite al analista el rigor, es decir, que no se puede decir cualquier cosa, que lo que se dice tiene que relacionarse con lo que se observa. Por tanto, no es simplemente la verificación empírica, sino que es el encuadramiento intelectual, la obligación de rigor in telectual, porque hay un criterio distinto a la coherencia, que es la relevancia. En este punto, la sociología norteamericana le ha servido de referente, ya que hay un énfasis mayor sobre la observación y la metodología.
- Sociedad de la información y sociedad informacional.
El término “sociedad de la información y del conocimiento” es intelectualmente erróneo, porque todas las sociedades de la historia han sido de la información, y el conocimiento siempre ha representado un papel central. Desde las teocracias, que era el procesamiento de la información en nombre de Dios, hasta cualquier tipo de sociedad de configuración humana, todo el trabajo de la especie humana sobre sí misma ha partido de procesos de información y comunicación.
Por tanto, el sociólogo habla de sociedad informacional para explicar la utilización de un nuevo sistema tecnológico basado en las tecnologías de la información y comunicación de base microelectrónica a través de redes digitales. Afecta a la forma en cómo la mente humana procesa información y comunica, y cómo lo que nos hace distintivos como especie es nuestra capacidad de comunicación significativa. Si la comunicación s realmente lo esencial en todas las actividades, si se transforman los ritmos y los proceso de comunicación, se transforma todo.
La gran transformación de nuestro tiempo es la emergencia de una cultura digital y de un sistema tecnológico basado en el procesamiento microelectrónico de la comunicación y la información que cambia todo. Acompañar esto siempre ha sido para Manuel Castells un proyecto central, y en esto sí que ayudó su llegada a Berkeley en el año 1979, en el momento en que ya estaba consolidándose en Silicon Valley la revolución electrónica e informática. Allí emergía un nuevo sistema tecnológico que afectaba absolutamente a todo.
Los fenómenos que son estructurales, como el cambio tecnológico o la cultura digital o la globalización, hay que verlos desde distintos puntos de vista para analizar lo que es propio de cada cultura, y después, su interdependencia.
- El universo de Internet.
Para Manuel Castells los medios de comunicación siguen repitiendo viejos mitos sobre Internet y las tecnologías que, en su opinión, no tiene ninguna base científica, sino todo lo contrario. Los expertos tienen una amplísima información sobre Internet y, en los últimos diez años, ha habido centenares de estudios sobre el impacto de Internet en las personas, en las empresas, en la cultura. Una de las cosas que se ha demostrado en todos los países es que el uso intensivo de Internet no aísla, no aliena, no deprime, sino que hace lo contrario: que la gente sea más social, más activa, más capaz de relacionarse con otros…Y la interacción física y virtual se acumula, es decir, el que es más activo socialmente, lo es más en Internet y viceversa.
El sociólogo explica que aún existe un “pánico social” con el uso de Internet. Pero la cuestión es que estamos en un momento y una época de libre comunicación con consecuencias que hay que asumir, y esa es la base de los nuevos movimientos sociales, y por eso fundamentalmente, Castells ha intentado trabajar en los últimos años sobre la relación entre comunicación y poder.
- Comunicación y poder.
El objeto de estudio de Manuel Castells ha tenido siempre una línea argumental basada en el mismo problema: el poder. Porque las relaciones de poder son las relaciones que construyen la sociedad. Aquellos que tienen el poder organizan las instituciones de la sociedad en torno a sus valores e intereses. Y los que no están en ese sistema intentan negociar, movilizarse para imponer otro tipo de sistema de valores e intereses. Y son esas relaciones de poder, que son fundacionales en la sociedad, las que el pensador ha ido siguiendo en las distintas manifestaciones de esas relaciones.
En este punto, Castells tiene una opinión empíricamente fundad de que el poder está en la mente de las personas y esto tiene enormes consecuencias prácticas. Él, incluso, lo ha intentado ligar a las nuevas tendencias que hay en las ciencias políticas y sociales- que es lo que se llama la teoría de la inteligencia afectiva- que muestra cómo las decisiones políticas y sociales dependen de la construcción emocional de nuestras decisiones, con las teorías de la neurociencia, que revelan que las emociones transformadas en sentimientos determinan el proceso de decisión personal. Si esto es así, como ha estudiado Castells, quiere decir que la comunicación emocional está en la base del poder.
Por todo ello, cualquiera de los análisis, ideas o métodos que se encuentran bajo el estudio de Manuel, pretende que puedan contribuir a que surjan nuevas formas de representación política democrática y de autonomía comunicativa, de la que depende el último término el cambio de las mentes, y cuáles son los procesos de investigación que pueden contribuir a entender esa nueva forma de cambio social.
(Ramos, Nuria. Y Casquet, Sergio. Pensadores españoles universales. Colección Leo. Libros de divulgación de LID Editorial Empresarial. S.L. Madrid. 2014)