1.PLATÓN.
El pensamiento platónico ha tenido vigencia, en mayor o menor grado, en épocas posteriores. Así, por ejemplo, en lo que concierne a la reflexión sobre la realidad y el ser humano, comprobamos que el dualismo de Platón está presente en diversas corrientes de pensamiento que lo aprueban o lo rechazan.
-Lo defendieron algunos de los primeros filósofos cristianos, el neoplatonismo y, en la Edad Moderna, el racionalismo; para ellos, la sustancia material y la espiritual eran irreconciliables.
-Lo rechazaron Aristóteles y Tomás de Aquino, quienes incluyeron en los seres corpóreos principios materiales y no materiales, que no son sustancias separadas.
-Otras corrientes que pusieron el acento en uno u otro de los extremos del dualismo. El idealismo alemán propuso que el espíritu es lo único real, mientras que para el materialismo marxista o el vitalismo irracionalista, todo se reduce a materia.
En relación con la teoría del conocimiento, a partir de Platón, todos los filósofos entienden que hay dos niveles: uno que procede de los sentidos y otro que se sitúa en la razón. También aquí encontramos opiniones divergentes:
-Aquellos que aceptaron el dualismo, mantuvieron separados los dos tipos de conocimiento.
-Quienes integraron lo material y lo no material (Aristóteles y Aquino), enlazaron los sentidos con el intelecto.
-Los idealistas y materialistas redujeron todo conocimiento a uno de sus extremos: los primeros, el racional y los segundos, el sensible.
En cuanto a los temas morales, la mayoría de las éticas posteriores se asentaron en la tesis platónica de que todos deseamos ser felices y alcanzar una vida buena y virtuosa. Este enfoque perduraría sin apenas discusión hasta la ética kantiana del deber. La defensa platónica de la existencia de criterios morales inmutables fue secundada por muchos aunque también ha tenido detractores, especialmente en la época contemporánea.
Finalmente, si nos atenemos a las cuestiones políticas, las explicaciones nada realistas de Platón han tenido escasa acogida. Popper en el siglo XX, advirtió que el Estado ideal platónico justificaba los totalitarismos. Sin embargo, su insistencia en proporcionar una buena educación a los ciudadanos ha sido reconocida por muchos autores posteriores.
2. ARISTÓTELES.
La filosofía de Aristóteles ha dejado una profunda huella en la cultura occidental. En un primer momento, su influjo fue escaso, pues tanto el helenismo como el primer pensamiento cristiano se inclinaron por las respuestas platónicas y solo consideraron el pensamiento aristotélico parcialmente y con mezclas de platonismo. Sin embargo, a partir de los siglos XI y XII, se recuperaron sus aportaciones a través del mundo árabe, las cuales han perdurado hasta nuestros días.
Si nos atenemos a la física, la concepción aristotélica del universo se mantuvo sin discusión durante muchos siglos. Hasta la llegada de la nueva ciencia en el Renacimiento, las explicaciones del Estagirita fueron comúnmente admitidas:
-La Tierra es esférica e inmóvil, y se encuentra en el centro del universo.
-Los astros giran alrededor de ella en numerosas esferas concéntricas con un movimiento circular y continuo.
-El universo se divide en dos partes separadas por la órbita esférica de la Luna.
El enfoque científico del filósofo griego aportó un conocimiento riguroso y por causas, apoyado en la inducción y la deducción. Sin embargo, los nuevos científicos, como Copérnico y Galileo, prescindieron de las causas formal y final, y apoyaron novedosas teorías en la matemática y en el método hipotético-deductivo.
En el terreno de la metafísica, las ideas aristotélicas tuvieron gran impacto en Tomás de Aquino, quien las empleó para argumentar racionalmente la existencia de Dios y el ser de las criaturas, mostrando un mundo en armonía con la fe.
Su posición realista en relación con el conocimiento tuvo éxito en la filosofía medieval, pero la filosofía moderna la rechazó y adoptó una postura de corte idealista, donde lo que conocemos ya no son las cosas, sino nuestras propias ideas.
En cuanto al ser humano y a la moral, Aristóteles juzgó que el hombre es capaz de autoperfeccionarse por medios de las virtudes, logrando, así, una vida plena. Tomás de Aquino adoptó su ética de las virtudes, que adquirió nuevo vigor mucho después, en pensadores del siglo XX.
La concepción aristotélica de la naturaleza social del ser humano ha tenido vigencia hasta la llegada de la Edad Moderna. Frente al Estagirita, Hobbes fue el primero en afirmar que el hombre es individualista por naturaleza, aunque se haya visto obligado a unirse en sociedad mediante un pacto social.
3. DESCARTES.
Descartes inauguró la filosofía moderna, verdadero punto de inflexión en la historia del pensamiento, pues supuso la ruptura con la tradición antigua y medieval, así como también la aparición de propuestas que pretendían ser novedosas.
El punto de partida del racionalismo ya no fue la realidad, sino el conocimiento de esta. Por eso, el tema central de la filosofía ya no sería la metafísica del ser y de las esencias, sino la teoría del conocimiento.
Con Descartes se produjo un giro idealista, que significaba el abandono de la realidad como punto de partida y su sustitución por la conciencia.
-Para el realismo anterior, como es el caso de las doctrinas de Aristóteles o santo Tomás, lo que existe es la realidad, dentro de la cual se engloban el hombre y el conocimiento que se ocupa de ella.
-Para el idealismo moderno, iniciado por Descartes, las ideas representan cosas exteriores a nuestro pensamiento, pero esas cosas nos son desconocidas. El idealismo, por tanto, conlleva un subjetivismo que confiere primacía al sujeto cognoscente sobre el objeto conocido.
Sin salirse del idealismo, los filósofos posteriores a Descartes que no eran racionalistas ofrecieron otras explicaciones sobre el conocimiento. El mayor contraste lo brindaron los empiristas, quienes coincidieron con él en que solo conocemos ideas y no cosas, pero rechazaron la existencia de ideas innatas, porque ubicaron el origen del conocimiento en la experiencia sensible y no en la razón.
El pensamiento racionalista también se vio reflejado en la modernidad en otros puntos estrechamente relacionados con el problema del conocimiento:
-La ciencia moderna adoptó la concepción mecanicista cartesiana y reconoció también la exactitud de las matemáticas, pero añadió la necesidad de la observación y la experimentación.
-La consideración de Dios como objeto de reflexión racional, al margen de la fe, resultó en un Dios distante, que no interviene en los mecanismos de la naturaleza ni en la libertad del espíritu humano.
-Los racionalistas buscaron criterios morales de conducta en la razón y en el dominio de las pasiones. Por el contrario, los empiristas los situaron el a experiencia y en el fomento de las emociones positivas.
4. HUME Y LOS EMPIRISTAS.
El empirismo, como toda filosofía moderna, mostró mucho interés por el estudio del conocimiento humano y, al igual que el racionalismo iniciado por Descartes, adoptó una postura idealista.
Locke pretendió corregir la filosofía cartesiana con su tesis de que todo conocimiento deriva exclusivamente en la experiencia y, por eso, no existen las ideas innatas. Posteriormente, Hume llevó este principio empirista hasta sus últimas consecuencias.
Entre las corrientes filosóficas que sucedieron a Hume y secundaron las ideas empiristas en torno al conocimiento, cabe resaltas estas:
-La filosofía crítica de Kant. Coincidió con el pensador escocés en afirmar que todo conocimiento comienza por la experiencia, pero añadió que no se detiene en ella, porque requiere elementos a priori puestos por la razón.
-El positivismo de Comte. Sostuvo que solo los hechos de experiencia son objeto de conocimiento y que únicamente en ellos se puede cimentar la ciencia.
-Karl Popper. Convino con Hume en no aceptar el método inductivo como algo totalmente fiable para el desarrollo de las ciencias, ya que los hechos futuros pueden desmentir las hipótesis científicas.
En las cuestiones morales, el emotivismo de Hume tuvo destacados seguidores y detractores:
-Las morales de corte racionalista, como la de Kant, situaron el criterio moral en la razón y no en nuestros sentimientos.
-Las éticas utilitaristas, como la de Stuart Mill, coincidieron con Hume en señalar que el criterio para distinguir la virtud del vicio es el sentimiento de placer o disgusto que producen las acciones humanas.
Las doctrinas políticas empiristas defendieron, en líneas generales, el contractualismo, pero unos apoyaron el absolutismo político (Hobbes), mientras que otros (Locke y Hume) lo repudiaron, poniendo en su lugar un sistema político en el que el poder del Estado estuviera dividido y se pudiera retirar en caso de abuso.
Los teóricos de la Ilustración recogieron el liberalismo político comenzado por Locke, particularmente, Montesquieu, quien abogó también por la separación de poderes.
5.KANT.
El pensamiento kantiano ha influido considerablemente en la cultura y en la vida contemporánea. En el ámbito de la teoría del conocimiento y de la ciencia, la filosofía posterior adoptó posiciones diversas:
-Numerosos autores siguieron los planteamientos de Kant y de la Ilustración, al admitir que la razón y la ciencia contribuyen al progreso de la humanidad. En esta línea se situaron, a comienzos del siglo XIX, el idealismo alemán, en el que destacó Hegel, y el positivismo iniciado por Comte.
-Otros pensadores, por el contrario, rechazaron la excesiva confianza en la ciencia y pensaron que, lejos de solucionar problemas, más bien los ha causado, como son los casos de la contaminación y la carrera armamentística. Aquí se hallan las filosofías irracionalistas y vitalistas, con Nietzsche, y las corrientes existencialistas o posmodernas del siglo XX.
-También hay quienes consideraron que la idea de conocimiento científico como algo seguro y riguroso es más un ideal que un hecho. Popper, por ejemplo, no entendió la ciencia como un conocimiento universal y necesario que hace avanzar nuestro conocimiento, sino como un conjunto de hipótesis provisionales cuya verdad aceptamos mientras la experiencia no nos muestre su falsedad.
Quizá la mayor repercusión de Kant se halle en sus propuestas éticas y políticas. Los conceptos de dignidad de la persona (que pena que Kant identifica persona, ciudadano, con el hombre y no de la mujer) y de libertad como autonomía, gozan de vigencia hoy en día. El ser humano no debe ser condicionado por fines procedentes del exterior, sino que es él quien se ha de proponer fines a sí mismo a través de la razón práctica.
En cuanto a la filosofía política, en la segunda mitad del siglo XX autores como Rawls y Habermas se inspiraron en el imperativo categórico para promover la justicia y la paz en la comunidad política: la razón humana hade ser capaz de poner el interés común por encima de los intereses individuales.
6. MARX.
El fin de la sociedad burguesa, según Marx, obedecía a una necesidad histórica, porque la dinámica del capitalismo creaba sus propias contradicciones. Intentó demostrar esta doctrina científicamente, elaborando una serie de leyes económicas. Se pueden destacar las dos siguientes:
-Ley de la tasa decreciente de beneficio. Señala que la necesidad de hacer frente a la competencia económica y acomodarse a los progresos técnicos reduciría cada vez más el beneficio de los empresarios; estos se verían, entonces, abocados a aumentar la explotación de los trabajadores para mantener sus ganancias.
-Ley de la concentración de capital. Expone que la reducción de los beneficios obligaría a muchos empresarios a abandonar sus empresas y a pasar a formar pate del “ejército de parados”, por lo que el capital tendería a concentrarse en pocas manos. En este sentido, Marx escribió que “la burguesía produce sus propios sepultureros”. El colapso de la sociedad capitalista y el desmoronamiento de los burgueses estaba, según él, garantizado.
Lo cierto es que Marx no explicó el paso de la sociedad capitalista a la comunista. Se limitó a indicar que el capitalismo crearía, por sí mismo, las condiciones necesarias para esa transformación. Igualmente, concibió al proletariado como una fuerza productiva y una clase social capaz de conformar una nueva clase revolucionaria que, a través del conflicto directo con los capitalistas, aceleraría la llegada del comunismo.
Marx y Engels sostuvieron la necesidad de crear un Estado en el que el proletariado fuera el principal actor político, pero fueron sus discípulos los que desarrollaron esta idea. Debido al protagonismo que, tras la victoria de la Revolución de 1917, adquirió el comunismo ruso, terminó imponiéndose la visión de Lenin, que asumió la tarea directiva del marxismo.
En cualquier caso, el comunismo no se concibe solo como el fin de la sociedad humana ni como una nueva forma de organización social. Gracias a este, se eliminarán todas las alienaciones y el hombre recuperará su humanidad perdida. Marx entendía que las alienaciones estaban encadenadas, de manera que unas se sostenían a otras. Al desaparece la alienación económica, se eliminarían todas las demás. El Estado y las clases sociales ya no tendrían sentido, por lo que desaparecerían.
7. NIETZSCHE
La filosofía de Nietzsche cobra sentido si se considera el contexto histórico y cultural en el que vivió. Del mismo modo, su pensamiento afecta profundamente a ese contexto.
Su obra ha tenido una repercusión importantísima, sobre todo, a partir del siglo XX, y está presente hasta el pensamiento posmoderno. Incluso la falta de sistematicidad de sus escritos y de su filosofía, expresa la animadversión hacia la cosificación que han llegado a significar las categorías científicas. Además, el carácter literario de sus obras y aforismos ha dado lugar a múltiples interpretaciones de su obra.
Junto con Marx y Freud, se ha llamado a Nietzsche un filósofo de la sospecha. Tras la consolidación del pensamiento racionalista, estos autores destacaron la dualidad entre la realidad y la apariencia, y prestaron atención a los motivos ocultos- de uno u otro signo- que subyacían en las interpretaciones filosóficas más habituales. En el caso de Nietzsche, su crítica a la metafísica y a las generalizaciones conceptuales ha sido importante para desvelar la dinámica histórica que las ha configurado.
Es cierto que el pensamiento de Nietzsche, muy rico en cuanto a las influencias recibidas, a veces es demasiado pesimista y se basa en una lectura parcial de la historia de la filosofía, de modo que percibe en las corrientes de pensamiento posteriores a Sócrates la conspiración de los débiles para imponerse a los fuertes y la negación de la vida.
Sin embargo, es preciso señalar que el perspectivismo de Nietzsche subrayó la, muchas veces, irreductible parcialidad de las construcciones intelectuales, de las que él ciertamente tampoco escapó.
Para la filosofía posterior, en cualquier caso, su oposición a la exaltación de la razón y su recuperación de la parte instintiva e irracional fue determinante. Para Nietzsche, la vida humana es voluntad de poder, impulso irracional de autoafirmación, de modo que su filosofía sirvió para radicalizar la autonomía del hombre frente a la autoridad y la tradición.
Tuvo mucha influencia la crítica de este autor a la religión y la moral burguesa, en la que siguió, en parte, las intuiciones de la izquierda hegeliana, en general, y a Feuerbach en particular.
Pero Nietzsche fue más extremo en su propuesta. Él percibió que el fundamento de toda objetividad y de toda moralidad, en realidad, de todo el hombre y su cultura, era trascendente. Por eso, al decretar la muerte de Dios, destruyó los logros de la civilización occidental.
(AA.VV. Historia de la Filosofía. Bachillerato. Editorial Casals. Barcelona. 2016)