Te lo desmonto con tres argumentos:
1.El feminismo implica la igualdad, así que esta frase no tiene sentido.
2.Equiparar el machismo y el feminismo como si fuera algo malo es un error conceptual. El feminismo es la solución al machismo.
3.¿Qué igualdad quieren construir sin contar con la ecuanimidad entre hombres y mujeres?
¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? Y cuántas veces hemos pensado: “Dios mío, ¿cómo consigo que entiendas que no tiene ningún sentido lo que estás diciendo?” Vamos a analizarlo poco a poco: lo que hay detrás de “ni machismo ni feminismo: igualdad” es deslegitimar el feminismo, pero de una forma sutil. A simple vista parece que se hace un llamamiento hacia la igualdad, que en esencia está bien. Pero su rascamos un poco le vemos las costuras.
El primer asunto que chirría por todas partes es posicionar el feminismo como si fuese lo mismo que el machismo, pero al revés. El problema de esta frase es que equipara a ambos movimientos como si fuesen negativos y posiciona la igualdad como la solución a los dos.
El tema es que al poner el machismo y el feminismo en el mismo nivel se ignora la historia, el significado de ambos conceptos y la estructura social en la que estamos. El machismo es un sistema que históricamente ha oprimido a las mujeres y ha otorgado privilegios a los hombres, mientras que el feminismo es un movimiento que busca justamente desmantelar esas desigualdades, terminar con esta opresión y lograr la igualdad. Es como si estuviéramos comparando al opresor con el oprimido. Un poco extraño, ¿no?
En la lógica de la frase hay una parte que no está mal del todo- por si queremos salvar algo-, que es entender el machismo como algo negativo y discriminatorio, ya que en efecto es un movimiento que perpetúa la desigualdad entre sexos, y la discriminación y opresión de las mujeres. Pero la trampa de esta frase es emplear una mala definición del feminismo. Presentarlo como algo discriminatorio para el hombre es literalmente no entender lo que dice el feminismo.
Y lo preocupante no es que se parta de una mala definición del movimiento, sino la intencionalidad que realmente oculta: desinformar y desprestigiar al feminismo. Es como si yo digo: “Ni dictadura ni democracia, libertad” o “ni guerra ni paz, fraternidad” y me quedo tan ancha soltando algo absurdo, ya que tanto la democracia como la paz engloban la libertad y la fraternidad respectivamente. Así que esta frase no solo no tiene sentido, sino que busca un claro objetivo: hacer ver que el feminismo es igual de malo que el machismo.
¿Qué tipo de igualdad se propone realmente? Porque esto se dice en un contexto en el que toda la caverna de extrema derecha machista lanza fake news sobre el feminismo, desprestigia a toda mujer feminista que se atreva a alzar la voz y señalar la violencia, y con datos tan preocupantes como estos: en España, el 61% de los hombres cree que el feminismo los discrimina, según el estudio International Women´s Day, elaborado por Ipsos en 2023. Estas creencias no salen de la nada, hay toda una manosfera bombardeando con estos mensajes.
Si no estás muy atenta te pueden captar porque, claro, ¿quién no quiere la igualdad? Es una frase perfecta para que metas un pie en su charca. Equiparar el machismo con el feminismo es desvirtuar las raíces y los objetivos del feminismo, y colaborar con una mala prensa que está orquestada. A nadie le gusta perder privilegios, ya lo sabemos, y está claro que intentarán de todo para que eso no ocurra. Y el primer paso de esta estrategia es deslegitimar al adversario, en este caso, a las feministas.
Lo curioso es ese llamamiento a la igualdad, que desde una neutralidad aparente puede esconder el deseo de mantener el statu quo, de no incomodar ni romper esquemas, bajo la excusa de que ya estamos suficientemente avanzados como para necesitar el feminismo. Sin embargo, la igualdad no surge de la nada, es el resultado de siglos de lucha, y aún queda mucho camino por recorrer. Quienes abogan por esta supuesta neutralidad ignoran que la igualdad no es solo un destino, sino un proceso en el que el feminismo ha sido y sigue siendo indispensable.
En resumen: el feminismo no es un obstáculo para la igualdad, es su motor. Negarlo es olvidar a quienes han estado siempre en primera línea abogando por un mundo más justo para todas y todos.
NUESTRA RESPUESTA: NI MACHISMO NI MACHISTAS, FEMINISMO.
(Júlia Salander. Fuego al machismo moderno. Penguin Random House Grupo Editorial. Barcelona 2025)